Con apoyo de otros socios de AMI, todos los países que forman parte de la Iniciativa introdujeron terapias basadas en artemisinina (TCA) para enfrentar la resistencia documentada de P. falciparum a esquemas terapéuticos usados previamente, fortalecieron los mecanismos para asegurar la calidad de todos los fármacos usados para el tratamiento de la malaria y contribuyeron a asegurar un suministro de medicamentos virtualmente ininterrumpido en los últimos años. Posiblemente estos logros han contribuido a la importante reducción en la incidencia de malaria en todos los países que comparten la Cuenca del Amazonas.